sábado, 28 de enero de 2012

RAIDERMANIA NEGRE LLOMA: HACIENDO EL JABALÍ POR CATALUÑA

El 20 de enero, nos encontrábamos en Amposta, rumbo Espluga Calba (Lleida) Héctor y Julián, que tan buen equipo hicieron en el Mula Raid. El objetivo, experimentar lo que era un Rogaining. ¿Qué significa esta palabreja? Muy sencillo, es una carrera de orientación específica, pero con la diferencia de tener 6 horas para hacer la carrera, y en formato scoring. Nos da una idea de cómo sería un raid si se utilizara este tipo de planos específicos: planos mucho más detallados y balizas más escondidas.


L'Espluga Calba es un pueblecito encantador de la comarca de Les Garrigues (Lleida), con mucho monte y vegetación mediterránea, que da para hacer bastantes kilómetros de plano. Al llegar, nos instalamos nada más y nada menos que en el Castillo del pueblo, del siglo XIII, todo un lujo de suelo duro. Allí nos cobijamos los orientadores de tierras lejanas, mucha gente de la UPV y avalancha del CD Navarra, que se plantaron a las 11 y media de la noche a mirar y comentar mapas en una mesa, entre miradas asombradas de la gente que queríamos dormir... ¡y encima ganaron!


Nos levantamos el día D con muchas ganas, vamos que estábamos que "nos orientábamos encima". Después de recoger y ponernos a punto, todos los participantes nos encontrábamos en la Plaza del Castillo, con participantes ilustres como Mónica Aguilera. Por fin, salimos del pueblo en dirección al triángulo, donde cada participante cogería su mapa (buenísimo detalle, cada uno con su mapa) y empezaríamos a planificarnos. Delante de mí tenía una nube de 45 balizas por todas partes y decidimos empezar por un recorrido sencillo, ir alejándonos poco a poco y poniéndonos las 3 horas de carrera como límite para cerrar el círculo y empezar el camino de vuelta.Empezamos yendo a la 31, encontrada con muchísima facilidad gracias a la capacidad de Julián para detectar sendas por donde otros solo verían un trozo de matorral. Después de un poco de campo a través, a correr por pista hasta subir a una loma donde encontraríamos la 32, y otra vez campo a través, donde Julián seguía encontrándose como un jabalí en busca de comida, recto y a la presa. Una vez de vuelta por otra pista, encontramos la senda que nos llevaba a la 45, y de ahí a la 46, donde nos dimos cuenta que la diferencia entre vaguada y espolón sigue dándonos quebraderos de cabeza, por lo que nos despistamos y nos fuimos sin encontrarla. De ahí directos a la 93, muy fácil a pesar de valer 9 puntos, la máxima puntuación. Seguíamos trazando un círculo y nos fuimos a la 54 en un cruce de sendas. La 67 costó más, había que subir otra loma y hacer campo a través, se resistió pero lo conseguimos. Seguía nuestro tránsito por los senderos catalanes hasta la 83 en un cortado en las faldas de la montaña que seguía llenándonos el cuerpo de ramitas y arañazos. La 47 también se resistió un poco más, estaba en una cima llena de rocas y el poco detalle del mapa nos hizo tener que utilizar nuestra intuición y experiencia, al igual que la 75, bien escondida también por la vegetación. En ese momento ya empezamos a volver. La 66 también estaba un poco escondida, pero se consiguió, después, otra vez a comer a curtirnos los lomos campo a través, acto seguido, pista y directos a la 76. Después nos enfilamos en el camino de vuelta por los márgenes de un cultivo, cerca estaba la baliza 51, desgraciadamente no nos quedó tiempo de coger la 44, que parecía no estar muy lejos, pero decidimos volver al doble círculo con la sensación de haber hecho una buena carrera.Finalmente, nos quedamos el 135 de 174, un poco bajo en la clasificación, pero es que nos queda mucho por mejorar, ¡y eso motiva para seguir entrenando! Nos faltó mayor ritmo de carrera, confiados en que había 6 horas, se nos pasaron volando, además de que no afinamos la orientación campo a través (yo a veces me sentía perdidísimo, menos mal que contaba con Julián para sacarnos del embrollo). Pero, después de todo, me quedo con nuestro trabajo en equipo, mientras yo me sentía como pez en el agua aproximándome a las balizas por sendas, caminas y pistas; Julián era un rastreador nato cuando desaparecía toda vía de comunicación.


Por eso, solo puedo decir que... TEMBLAD, QUE RAIDERMANÍA SIGUE CRECIENDO
---POR HECTOR BAUTISTA---








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